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Trajano, el emperador sevillano que llevó la alegría a los romanos


Vista de la obra «Trajano recibe embajadores frente a la representación de la ciudad Drobeta», uno de los relieves de las Columnas de Trajano - Efe.
Una gran exposición en Roma le rinde homenaje a los 1.900 años de su muerte.
17/12/2017. ABC.

«Optimus princeps», es decir, el mejor entre los emperadores romanos. Este es el título que le dedicó al hispano Trajano el historiador Plinio el Joven, su contemporáneo. Ahora, a los 1.900 años de su muerte, se le rinde homenaje con la exposición «Trajano, construir el Imperio, crear Europa», un título significativo porque se muestra un pasado que sirve para indicar un camino al presente. Para una Europa que afronta tensiones sociales y diversos desafíos como el de la inmigración, la lección de Trajano puede tener actualidad, porque «Trajano fue un soberano atento a las exigencias de su pueblo», según el profesor Claudio Parisi Presicce, que ha ideado esta exposición en el Museo de los Foros Imperiales, en las salas de los mercados que llevan el nombre de Trajano.

Nacido en el año 53 en la ciudad de Itálica, en la Bética, una de las provincias romanas de la Península Ibérica, llamada Hispania por los romanos, Marco Ulpio Trajano fue el primer emperador que no pertenecía a una dinastía imperial. Fue nombrado en el año 98 por sus méritos y no por relaciones familiares. Trajano escaló rápidamente los grados de la carrera militar, demostrando dotes de estratega de guerras y de paz. Supo ser un sabio administrador, ganándose el consenso y la fidelidad absoluta de sus hombres. Por eso el emperador Nerva lo «adoptó» como su sucesor. «Llevó al Imperio a su máxima extensión (6,5 millones de kilómetros cuadrados, de los que 5 millones son los confines actuales de Europa), pero el sentido de sus conquistas no está ligado al de la sumisión, sino al de la inclusión», subraya el profesor Presicce. Esto se evidencia en las siete secciones en que se divide la exposición. Trajano conquistó tierras y pueblos, pero lo hizo implantando reformas sociales, potenciando las infraestructuras más remotas, aplicando buena administración y leyes, sin olvidar nunca la capacidad de persuasión para mantener el consenso y el afecto del pueblo.

Guerrero

«Trajano era un guerrero, lo indican las fuentes, pero lo que ganaba en la guerra lo invertía en el territorio», destaca uno de los tres comisarios de la exposición, Lucrecia Ungaro, explicando que el emperador hispano se concentró tras las guerras en la construcción, viendo cómo el comercio se extendía y el Estado se enriquecía con la pacificación. Por eso, Plinio el Joven le dedicó llamativas alabanzas: «Trajano supo traer alegría a los romanos. Él nos ordenó ser felices, y lo seremos».

Trajano es conocido por su amplio programa de construcción de edificios públicos. Aún perduran numerosos monumentos, como el Foro de Trajano, los mercados que también llevan su nombre y la famosa Columna Trajana, situada en el foro, un monumento de mármol de Carrara de 38 metros de altura, incluyendo el pedestal en el que está la tumba que conserva sus cenizas y las de su mujer, Plotina. La columna está decorada con 135 bajorrelieves en espiral para conmemorar sus victorias en Dacia (actual Rumanía), tras cruentas campañas desde el año 101 al 106. El recorrido de la exposición aprovecha el gran poder evocador de estos monumentos, así como del genial arquitecto civil y militar Apollodoro di Damasco, que gozó de la plena confianza de Trajano.

Una estrella «pop»

La exposición parte de la sección que recuerda su muerte en el año 117 en Asia Menor, donde cayó enfermo. Se convirtió en el primer emperador en morir fuera de Roma. La comisaria Lucrecia Ungaro resalta que la exposición pretende ofrecer un conocimiento en profundidad del personaje histórico, pero en una clave «pop», lo que significa «para todos, popular, porque no es para especialistas, sino que lleva a la atención de todos los públicos materiales extraordinarios. Hemos querido contar la historia, la construcción del Imperio teniendo presentes cuáles son hoy los confines legales de Europa».

Por su parte, el profesor Presicce subraya que «Trajano fue un constructor material y simbólico»: «Esta idea de construcción -añade Presicce- hemos querido unirla a Europa, que nace siglos después, pero que nos restituye el sentido de sus conquistas, en las que no hay sumisión, sino inclusión». La exposición refleja la dedicación de Trajano por mejorar los territorios conquistados con monumentos, calzadas, puertos, puentes o termas. Entre esas obras destacan el puente sobre el Danubio o el de Alcántara (Extremadura), denominado de Trajano. Todo ello sirvió para unificar el Imperio y dar una imagen de vida civil y cultura común. El recorrido se completa con extraordinarias piezas arqueológicas, bustos y monedas de la época. Trajano pertenecía a una óptima familia (Ulpia) de la rica Bética.

En la exposición se recuerdan también las mujeres que rodearon al emperador: su hermana Marciana, su mujer, Plotina; y su sobrina Matidia, a las que dedicó estatuas, monumentos e inscripciones. Las tres recibieron el título honorífico de Augusta. Fueron mujeres de poder con influencia sobre Trajano. Justo antes de morir designó como sucesor a Adriano, casado con Sabina, una sobrina nieta de Trajano. Durante casi un año, hasta el 16 septiembre de 2018, el emperador hispano, convertido en estrella «pop», será celebrado en Roma, que lo consideró el mejor hombre del Imperio.

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